Todavía recuerdo copiarte el cuadernillo de lengua sin que te dieras cuenta cuando estábamos en clase, cuando correteabas por el patio casi tan deprisa que nadie conseguía pillarte y todo ese carácter que siempre ha sido tuyo, y no para de gritar que las cosas irremplazables vienen a significar algo como tú.
Me acuerdo de ti y de tus pendientes (siempre uno de cada), todas las canciones que te sabías, los días de piscina, decirte llego a las cuatro y aparecer a las 6, y de todas esas cosas que en el fondo me siguen pareciendo poco.
No sé, la sensación de que todavía queda mucho más por venir.
Luego recordaré barcos de papel, y tus quince.
Felices quince pequeña
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