lunes, 23 de febrero de 2015

Y esta antítesis total nos mantiene cerca.

Pero se empeña conmigo como quien se empeña hasta las cejas para comprarse un piso. Que así sobren las dudas y las deudas por todas partes. Hagamos que valga la pena sin organizarlo todo ni llevar las cuentas. Porque daré cualquier vuelta a lo que digas, hasta conocerme el punto de inflexión de la curva de memoria. O de tus curvas en mi memoria, para estudiar la estrategia y aprender a cerrar tus heridas. A abrir la caja torácica donde se quedó atrapada. Sin prisa. Ya aprenderemos que solo los fantasmas se revuelcan en el pasado. Ya aprenderemos a enterrar los sentimientos cuando mueren antes de regalar las flores, y no al revés. De frente.
Y aún sabiendo que no puedo dejarte huella desde que no piso fuerte, por si se derrumba todo, aprendo a deslizarme con la cuchilla como quien lo hace sobre el hielo. Sobre ti. 
Cariño, si no lo rompemos ahora durará mil años.
Invierte mi tiempo, y ya veremos.




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