ahí estás. Sentada en primera fila esperando tu turno.Te tiemblan las piernas y tu atención solo se centra en cómo lo vas a hacer."tranquila, lo harás bien", está bien que te digan eso, aunque realmente no lo he escuchado.En la fila de atrás...una cara conocida que te suplica que no la cages, aunque en realidad no espera más de ti. Lo sé, no es el mejor tipo de motivación del mundo, solamente es SU tipo de motivación. Da igual, todo lo que necesito es concentarme.
Llega tu turno, subes las escaleras y miras al frente; observas las gradas. Ni un solo espacio. Es como si la gente se duplicara cada vez que subo allí, al mismo tiempo que mis nervios.
"lo harás bien" recuerdo. Me siento y observo las teclas.. están allí, en su mismo sitio de siempre, las notas de la partitura no se han escapado y tú aún tienes tu trasero pegado al asiento. Todo comprobado.
Entonces es cuando empiezas a tocar aquello que te costó mes y medio y te sabes de memoria. Una vista rápida a la cara de la gente. En medio de el sonido del piano llegas a apreciar los comentarios de la gente. Lo hemos conseguido.
Me gusta la música, me encanta.
No todo el mundo puede decirlo de la misma manera, estoy segura.
Porque las cosas que te gustan son las que llegan por si solas.
Las que te buscan a ti, no tu a ellas.
No llegaré a ser la mejor, pero sí la que más llega a sentir lo que hace.
sí, sí, es todo lo que necesito para ser feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario